Rutina de Skincare: Paso a paso para el día y la noche 🌞🌙

El primer paso de la rutina de skincare es esencial para eliminar impurezas, sudor y restos de productos que se hayan aplicado la noche anterior. 

• Lava tus manos: Antes de tocar tu rostro, asegúrate de que tus manos estén limpias para evitar transferir suciedad o bacterias a la piel.

• Humedece el rostro: Evita el agua muy caliente, ya que puede resecar o sensibilizar la piel. 

• Aplica el limpiador facial: Coloca una pequeña cantidad de producto en la palma de tu mano y emulsiónalo con un poco de agua si es necesario.

• Masajea suavemente el rostro: Realiza movimientos circulares y delicados durante 30 a 60 segundos, concentrándote en la frente, nariz, mejillas y mentón. 

• Enjuaga con abundante agua: Asegúrate de retirar completamente el producto sin dejar residuos.

• Seca el rostro con cuidado: Usa una toalla limpia y suave, dando pequeños toques, sin frotar la piel.

Al momento de masajear tu rostro con el jabón, recuerda no excederte con los segundos de limpieza ya que puedes resecar tu piel y generar enrojecimientos.

• Piel Grasa: Espuma limpiadora sin aceites que puedan aumentar el brillo.

• Piel Normal: Crema limpiadora de uso diario.

• Piel Mixta: Gel limpiador de textura ligera.

• Piel Seca: Leche limpiadora sin sulfatos o exceso de alcohol. 

• Piel Sensible: Limpiadores sin perfume ni sulfatos.

Este es un paso opcional en tu rutina de skincare, pero que tu rostro agradecerá ya que equilibra el pH y mejora la absorción de los sueros. Esto es ideal para ti si quieres una hidratación ligera, refrescar la piel o controlar el brillo.

• Aplica el tónico suavemente: Con un algodón o las palmas de tu mano, aplica el tónico suavemente por todo el rostro. 

• Distribuye con movimientos circulares: Aplica el producto desde el centro del rostro hacia afuera, evitando el contorno de ojos, sin arrastrar ni frotar la piel. 

• Deja que se absorba: No enjuagues. Deja que el tónico se absorba por completo para preparar la piel y potenciar los siguientes pasos de tu rutina.

Si tu piel es sensible, lo mejor opción es aplicar el tónico con la palma de la mano ya que el algodón puede alterar el enrojecimiento de la piel.

• Piel Grasa: Tónicos con bajo contenido de alcohol para evitar efecto rebote. 

• Piel Normal: Fórmulas suaves e hidratantes con antioxidantes ligeros. 

• Piel Seca: Evita fórmulas exfoliantes o astringentes, la mejor opción es una fórmula con glicerina o pantenol. 

• Piel Mixta: Tónicos con niacinamida y ácido hialurónico ligero. 

• Piel Sensible: Tónicos con manzanilla, agua de rosas o centella asiática.

El tercer paso de la rutina de skincare es uno de los más importantes ya que los sueros protegen del sol, iluminan el rostro y previenen las manchas. Puedes elegir entre un serum de ácido hialurónico o niacinamida. 

• Aplica la cantidad correcta: Usa entre 2 y 4 gotas de sérum antioxidante. No es necesario aplicar más cantidad de producto para obtener mejores resultados.

• Distribuye suavemente: Coloca el sérum en la palma de las manos o directamente en el rostro y distribuye con movimientos suaves desde el centro hacia afuera.

• Presiona, no frotes: Presiona el producto con las yemas de los dedos para favorecer su absorción sin irritar la piel.

• Deja que se absorba: Espera entre 30 segundos y 1 minuto antes de continuar con el siguiente paso de tu rutina.

• Piel Grasa: Vitamina C ligera, niacinamida o ácido ferúlico. Evita fórmulas densas o aceitosas. 

• Piel Seca: Compra serum con vitamina E con textura oleosa que aporte luminosidad a la piel. 

• Piel Mixta: Un serum de vitamina C o niacinamida en baja concentración y de rápida absorción. 

• Piel Sensible: Fórmulas con resveratrol, té verde o derivados suaves de la vitamina C. 

• Piel Normal: Un suero con vitamina C será tu mejor aliado para el uso diario.

Si tu piel se irrita fácilmente con la vitamina C, la recomendación es utilizar los sueros día de por medio para evitar alteraciones de la barrera cutánea.

Las cremas hidratantes ayudan a mantener la piel cómoda, flexible y equilibrada todo el día. Es el paso que sella toda tu rutina de skincare, ayudando a mantener la piel suave, equilibrada y protegida durante el día y la noche. Usarla correctamente marca la diferencia entre una piel apagada y una piel saludable y luminosa.

• Usa la cantidad adecuada: Aplica una cantidad similar a una avellana. Usar más cantidad de producto no mejora los resultados y puede saturar la piel.

• Distribuye de forma uniforme: Coloca pequeños puntos de crema en frente, mejillas, nariz y mentón.

• Masajea suavemente: Extiende la crema con movimientos ascendentes y hacia afuera, sin arrastrar la piel.

• Presiona para sellar la hidratación: Presiona ligeramente con las palmas de las manos para favorecer la absorción.

• No olvides cuello y escote: Aplica el producto también en el cuello con movimientos ascendentes.

• Piel Grasa: Elige fórmulas oil free, no comedogénicas y texturas de gel. 

• Piel Seca: Compra hidratantes con ceramidas, glicerina o aceites nutritivos. 

• Piel Mixta: Selecciona fórmulas equilibrantes con niacinamida para hidratar zonas secas y controlar el brillo en la zona grasa. 

• Piel Sensible: Busca cremas hipoalergénicas con ingredientes calmantes como el aloe vera. 

• Piel Normal: Compra fórmulas de textura ligera a media con antioxidantes y de uso diario.

El quinto paso es el más importante de toda la rutina de skincare, el protector solar actúa como una barrera frente a los rayos UVA y UVB, responsables del envejecimiento prematuro, las manchas, las quemaduras solares y el daño celular profundo.

• Aplica el protector solar: Usa una cantidad generosa, lo equivalente a dos dedos de producto para rostro y cuello. 

• Coloca el producto en pequeños puntos: Hazlo en la frente, mejillas, nariz, mentón y cuello.

• Extiende sin frotar: Distribuye con movimientos suaves y ascendentes. 

• Finaliza con ligeros toquecitos para una mejor absorción.

Sin importar cuál sea tu tipo de piel, debes usar SPF 30 como mínimo, ideal si puedes incluir en la rutina, SPF 50. La mejor opción para las pieles grasas o mixtas son las fórmulas oil free, mientras que las pieles secas deben utilizar fórmulas hidratantes. 

Si estás bajo el sol, debes retocar el protector solar cada 2 o 3 horas.

La doble limpieza es una técnica que consiste en limpiar el rostro en dos pasos para eliminar maquillaje, protector solar, grasa, sudor e impurezas acumuladas durante el día. Se realiza por la noche porque es cuando la piel necesita quedar completamente limpia para repararse y absorber mejor los tratamientos.

Limpieza #1: Aceite limpiador

• Aplica el aceite limpiador: Con el rostro seco, toma una pequeña cantidad de aceite o bálsamo. 

• Distribuye de manera uniforme: Masajea suavemente todo el rostro durante 30 a 60 segundos. Humedece las manos y emulsiona el producto hasta que se vuelva lechoso.

• Retira el aceite limpiador con abundante agua. 

Limpieza #2: Limpiador facial, gel limpiador, espuma limpiadora o limpiador cremoso.

• Aplica el limpiador facial: Con el rostro ligeramente húmedo.

• Distribuye el jabón facial: Masajea suavemente por todo el rostro durante 40 a 60 segundos para evitar resecar la piel.

• Evita frotar con fuerza o usar agua muy caliente.

• Enjuaga el limpiador facial con abundante agua y seca con una toalla limpia a toques suaves.

Luego de hacer la doble limpieza, es importante alternar el uso de ciertos tratamientos según el objetivo que quieras lograr. Los tratamientos más buscados son el uso de:

• Retinol para mejorar texturas, manchas y líneas finas. 

• Ácidos exfoliantes como el salicílico o glicólico para dar luminosidad al rostro. Este paso puedes alternarlo 2-3 veces por semana. 

• Niacinamida que regula el sebo y calma la irritación de la piel.

• Ácido azelaico: ideal para sensibilidad, rojeces o acné leve.

Cada tratamiento lo puedes alternar para disfrutar los beneficios de cada fórmula. Por ejemplo: 

• Noche 1: retinol.

• Noche 2: hidratación.

• Noche 3: exfoliante.

• Noche 4: hidratación.

• Noche 5: ácidos.

• Repetir el mismo ciclo la siguiente semana.

• Limpiar la piel sin dañarla

• Mantener hidratación y elasticidad

• Proteger del sol y la contaminación

• Tratar necesidades específicas según cada tipo de piel

• Prevenir brotes, líneas finas y manchas